Nada es imposible… sólo hay que proponérselo

Este es un blog creado con una finalidad muy particular: Registrar y Planificar... Generar un registro de una historia en común y Planificar el futuro para disfrutar del presente y… del futuro. Conceptos como los de trabajo en equipo, cooperación, apoyo, desafíos, perseverancia, éxito, fracaso, debieran ser parte de las ideas que aquí se viertan. En realidad esperamos que sean muchas más...

domingo, julio 23, 2006





El SENTIDO POR LAS CUALES HACEMOS LAS COSAS



Una reflexión para mis amigos.





Para comenzar esta reflexión, debo remontarme y hacer una auto referencia en primer lugar, para luego llegar a dar en forma clara mi visión esencial acerca del sentido que tiene para mí, el llevar a cabo nuestro gran sueño de montaña, en las altas cumbres de los Himalayas el 2008 o 2009.
Si alguien me preguntara por que existe en mi, ese ímpetu y pasión por subir montañas, la respuesta que daría, es que después de diez años subiendo cerros de baja altitud al comienzo en el mítico y maravilloso Valle del Elqui, hasta nuestra expedición al Monte Aconcagua la sensación interna se repite, la “experiencia” de recorrer nuevos lugares y maravillarte con conocer otro milagro más que la naturaleza nos regala gratuitamente.
Soy un convencido de que somos el reflejo de nuestra historia, una historia que se construye dia a dia a través de una infinidad de experiencia que vivimos ( buenas y malas ) y que nos permiten desde el momento de trascender la pobre autojustificación, pasar a templar nuestros espíritus en forma potente y como dice Sathya Sai Baba, ser dignos de haber nacido.
Creo que he tenido la suerte de conocer a todo tipo de seres humanos haciendo montañas y dado ese conocer, es que el concepto del “cuidado del otro” para mi reviste una trascendencia preponderable, el ser en esencia una persona preocupada por los demás en instancias muchas veces adversas como las que regala la montaña, demuestra el verdadero espíritu del montañismo, en el que la cumbre sólo es la excusa para recorrer un maravilloso camino, junto a individuos que comparten las mismas emociones que las tuyas y eso es lo que hace tan potente su practica.
Pero como todas las empresas que fueron en el pasado y serán en el futuro, sin “compromiso” la verdad es que todo esfuerzo sin éste esta condenado a fracasar, creo que abusar de la suerte es de mediocres, es por eso que las montañas no están hechas para los cómodos y flojos. El tener que levantarse a las cuatro de la mañana, con un frío extremo a atacar cumbre, es muchas veces una guerra que se ha perdido por muchos.
Es por esta razón que la experiencia, el cuidado del otro y el compromiso deben ser los pilares que debemos educar durante todo nuestro proceso para llegar a nuestro destino en los Himalayas.
A mi parecer cuesta bastante tratar de asimilar lo que significa ir a subir un cerro de más de 8.000 de altitud a los Himalayas, en esto me quiero detener un momento más allá de lo que es la planificación y la logística de una empresa de este calibre.
Tanto para los montañistas más experimentados como para los que desconocen esta actividad ( nuestro familiares directos ), los Himalayas son muchas veces sinónimo de muerte. En la actualidad cada uno de los catorce ochomiles de los Himalayas lleva su estadística de todos los que han perdido la vida intentando llegar a sus cumbres.
En este sentido, me gustaría compartir con ustedes cual fue mi experiencia de enfrenar la posibilidad de morir cuando participe en la expedición al Volcán Llullaillaco en Septiembre del 2005.
Luego de llegar al refugio de la conaf del parque nacional Llullaillaco a 4.100 m.s.n.m. ya con un día de atraso en el itinerario establecido, al día siguiente partimos al campamento 1 que se ubicaba a los 5.000 m.s.n.m. El grupo completo partió por le sendero que hay que seguir obligado haciéndole el quite a los campos minados existentes, hasta llegar a una bifurcación en el camino donde se toma la ruta nor-oste del Volcán. A los pies de éste se debe empezar a subir una quebrada que en su final alcanza los cinco mil metros de altitud.
Como en el grupo los rendimientos eran diferentes un grupo acampo a los 5.000 y otro a los 4.900, grupo en el que estaba yo. Mi cordada había llegado a los 5.000 por lo cual tanto él como yo nos tuvimos que asilar en carpas de otros. Al atardecer aparecían las primeras nubes que eran el anuncio de lo que para nosotros sólo era una pequeña circunstancia meteorológica. En la madrugada comenzó a nevar en forma muy suave y en la mañana cuando despertamos ya se apreciaban los primeros centímetros de nieve acumulados, el típico pensamiento fue “en un rato mas se acaba” y mañana avanzamos hasta el campamento 2 a los 5.600 metros creyéndonos los mejores meteorólogos. Pero la cosa estaba recién comenzando, a las 6 de la tarde la nevada continuaba y por radio todos nos ponemos de acuerdo que hasta aquí llego la expedición y que mañana a primera hora empezábamos el regreso al refugio ................ graso error el nuestro, ya que durante la noche la tormenta alcanzaría su punto máximo.
Como a las cinco de la mañana tuve el mejor despertar de mi vida, con gritos de auxilio que se diluían entre los 70 kilómetros por hora con que corría el viento, denotaban una condición extrema, el grupo que había acampado tuvo que dejar sus carpas porque quedaron sepultados bajo la nieve y duras penas pudieron salir de ellas para empezar a bajar con lo puesto hasta las carpas en donde nos encontrábamos con más menos 25 grados bajo cero.
En total eran cinco los que estaban semi congelados afuera de nuestra carpa. Hicimos entrar a tres a nuestra carpa y a los otros dos les indicamos que se metieran en la carpa que estaba al lado, nuestra sorpresa fue mayúscula cuando los gritos desesperados de ellos acusaban que no estaba la otra carpa, mi sorpresa fue fundada cuando saque la cabeza y trate de dirigir la luz de mi linterna a dos metros hacia la derecha donde estaba la carpa y efectivamente estaba sepultada entera, habían caído mas de un metro de nieve.
Cuento corto en una carpa para 3 éramos 8, tratando de estabilizar a 4 que estaban con espasmos debido a la hipotermia, vómitos y estados de schock. A las 8 de la mañana termino de nevar y ya más estabilizada la gente se planifico la bajada, un primer grupo con el GPS iba abriendo ruta para hacerle el quite a los campos minados y el otro en el cual iba yo siguiendo.
Cuando empezamos a bajar nuestra sorpresa mezcla de esperaza y terror era mayor, cuando el viento blanco empieza a desaparecer y deja ver el hace 2 días paisaje desértico convertido en la mejor de las postales de la antártica, el blanco se perdía en el horizonte. El grupo de avanzada nos saco unos 800 metros de ventaja, íbamos siguiendo sus pisadas sin problema hasta que llegamos a la base del volcán y nuevamente se cierra el viento blanco y se pone a nevar groseramente, la que rápidamente iba borrando las pisadas que denotaban la ruta.
Al cabo de una hora, caminado sin poder ver a mas de 3 metros, definitivamente las huellas se perdieron en la nieve, por lo cual nuestra única guía era una brújula que nos daba la referencia nor-este que debíamos seguir para no toparnos con un campo minado y no morir como en las películas de Vietnam hechos añicos, por no decir mierda.
Nuevamente cuento corto, a las cuatro de la tarde definitivamente se decide pasar la noche en una cueva de nieve a medio hacer, ya que con la pala del piolet ni con la paciencia de un chino la terminabas, sobre todo para seis personas. Usamos el cubre techo de mi carpa, unos bastones, cordines y piolet para armar una seudo carpa julera que nos hizo dormir a todos en dos metros cuadrados, me acuerdo que dormí sentado amaneciendo más doblado que churro.
Pero lo mejor estaba por pasar, a la mañana siguiente al salir de nuestro lujoso aposento veo que la tormenta se había acabado pero la nubosidad esta al nivel de todas las bases de los cerros colindantes manteniendo la desorientación para no cruzarte con un campo minado. Comenzamos a caminar nuevamente tratando de encontrar la ruta entre la brújula y nuestros recuerdos, la cosa es que en donde comenzaba una quebrada la mayoría del grupo entre lo cansado y deshidratado la reconoció como la ruta para llegar al refugio, aquí asumo mi error de no haberme puesto más duro ya que tenia la certeza junto a otro del grupo de que la ruta no iba por ahí. Es aquí donde en una gran explanada luego de abrir ruta por una hora con cuarenta centímetros de nieve me canso demasiado, considerando que las ultimas 24 horas la alimentación e hidratación habían sido precarias y aparte de temer en cada paso que una mina te iba a hacer explotar en mil pedazos. Por eso me tome el ultimo lugar para descansar un poco haciendo que los otros se alejaran bastante delante de mi, ya que iba pensando en que deberíamos hacer si el camino no conducía a nada, como lo suponía.
En esos momentos un leve viento blanco bajo borrando todo a unos 50 metros y fue cuando tanto emocional como físicamente me enfrente a la posibilidad cierta de que me podía morir en una explosión o por el frío, debido a la deshidratación y mala alimentación. Aún recuerdo cuando entre ese viento blanco a lo lejos vi nítidamente al Sebastián corriendo hacia mi y desapareciendo unos instantes después. Esa visión me partió en dos, en realidad esta expedición sería la última, moriría sin poder ver a mi hijo quedarse dormido una noche más. Creo que se me tienen que haber pasado una centena de situaciones por mi cabeza, asemejando a un condenado a muerte mientras camina a la silla eléctrica. Realmente la situación de pasar por la experiencia consciente de saber que te puedes morir, es muy fuerte y demasiado difícil de relatar, es semejante a expresar a través de las palabras una experiencia mística, es implícitamente personal.
Luego fue el turno del caballero de arriba, tengo que haber tenido durante una hora la más cercana y heavy conversación con él, arremetiendo porque tenia que llegarme ahora la muerte, le decía que no tenia ni patas ni cabeza lo que estaba pasando, por lo cual después de varias sacadas de madre y ofuscamientos fui muy claro en expresarle que aunque tuviera que arrastrarme de esta salía completo y con todos los que iban conmigo, así arremetí el paso y alcance a los demás en la cumbre de un pequeño cerros que nos permitiría ver donde estábamos, la cual nos mostró que definitivamente el camino era el equivocado.
Entonces se decidió acampar en unas cuevas que seguramente en algún momento ocuparon indígena en el pasado ya que existían puntas de flechas talladas. Nos relajamos, me encargue de derretir nieve, mientras los otros de preocupaban de cocinar y secar todas las vestimentas y sacos de dormir mojados.
Fue a eso de las 4 de la tarde en que nuestro posible fatal futuro cambio radicalmente, la radio que manteníamos prendida tuvo contacto con el grupo que había llegado al refugio y había salido a buscarnos, corriendo subimos un pequeño cerro y a lo lejos vimos como hormiga al grupo y dada la experiencia en distancias nortinas cuando fuimos al San Pedro, calcule que estaban a unos siete kilómetros de distancia, era aberrante como nos habíamos desviado de la ruta correcta.
Fue cuando tomamos todas las cosas y comenzamos a caminar nuevamente en dirección este donde se encontraba el grupo que había salido a buscarnos. La cosa es que se nos hizo de noche y tuvimos que pasar la noche nuevamente a la intemperie solo utilizando el cuerpo de la carpa, sin barrillas para maternos y no recibir el frío directamente ( ..... creo que voy a tener que escribir un libro sobre esta experiencia, hay muchos detalles que lamentablemente estoy dejando fuera ).
La cosa es que al otro día tomamos contacto de nuevo con el grupo que salió a buscarnos y llegando a una gran explanada a lo lejos vimos al grupo, los abrazos y las emociones fueron múltiples cuando nos encontramos, pero para mi la emoción mayúscula, más allá de la que fue cuando nos encontró el Gope de carabineros, fue cuando caminando vi como aparecía el refugio nuevamente.......

Definitivamente, a pesar de lo fuerte que fue esa experiencia, personalmente no me quede con el dolor sino con la experiencia, lo que templa más mi espíritu y me hace entender a sobre manera que lo que se organiza al lote, no tiene ninguna posibilidad que concluir en éxito si es que aparece un factor que no estaba previsto.
El gozar de la montaña siempre se tiene que compartir con amigos y aunque la posibilidad de la muerte es siempre una variable a considerar, el saber que verdaderamente me están cuidando y viceversa te potencia tanto física como mentalmente para lograr cualquier cosa.

A pesar de tener el sentimiento de que no todos los que hemos comenzado a caminar por el camino hacia los Himalayas llegarán, de todas maneras el proceso de participar en su preparación será de una riqueza tremenda para cada uno de nosotros, como nos acostumbramos a decir "una gran experiencia de vida".

Un abrazo para todos ....



















3 Comments:

At 2:51 p. m., Anonymous Anónimo said...

Querido amigo; la gracia de los grandes maestros es decir grandes cosas con muy pocas palabras. Claramente te falta para llegar a la maestría, no obstante ya tienes la mitad del recorrido avanzado: tus sabias reflexiones que, por lo demás, son fruto de la practica activa de “experiencias de vida”.

En cierto sentido, las “experiencias de vida” se parecen a un plato de comida: no solo hay que vivirlas (lo cual ya es bastante decir) o “masticarlas”, “digerirlas” y “expulsarlas” sino que, lo más importante, hay que PREPARARLAS…; clave de todo proceso.

Entiendo de tus palabras que el fracaso siempre nos devuelve a unas proporciones humanas… y, lo más importante; pensar que el fracaso, tanto en experiencias deportivas como en la vida, nos enseña que aquel que ha fracasado enmienda lo que se puede enmendar, acepta lo que no puede cambiar y, desarrolla la sabiduría necesaria para distinguir lo que se puede cambiar de lo que no se puede.

P.S.: espero una copia autografiada del libro. Son pasciente.
Salu2; Topo Etílico.

 
At 3:43 p. m., Anonymous Anónimo said...

Gracias, por tus palabras topollillo de las cuevas de hielo.
Como bien tu dices, muchas veces las cosas esenciales se dicen en pocas palabras, pero una cosa que he aprendido en estos años, es que el "leer entre lineas" es un arte que se cultiva con el tiempo. Por más que utilices las palabras más adecuadas siempre se tendra que explicar " a prueba de diputados" las cosas.
Valoro como siempre tus palabras, pero la realidad de ir a los himalayas es una realidad bastante concreta en donde si una tormenta te pilla a 7.000 m.s.n.m sólo la experiencia, el cuidado del otro y el compromiso son llevados a su punto maximo.

Salu2.

Sayayin Himayalico

 
At 12:51 p. m., Anonymous Anónimo said...

No había tenido la oportunidad de conocer los detalles. Escalofriantes, sobretodo si es la historia de un amigo .
a mi me quedan varias preguntas acerca del porqué en el fondo de mi corazón valoro a las personas que han pasado por estas experiencias, estoy hablando de contradicciones, porqué a mi también me habría gustado haber tenido una experiencia de esa magnitud, a pesar del sufrimiento y el riesgo que implica.
Porqué nos sometemos a la incertidumbre de que las probabilidades jueguen a nuestro favor. Nos hace esto valorar más la vida, a nuestros hijos que aparecen corriendo entre la niebla juzgando nuestras acciones. Debieramos entonces alejarnos de estas probabilidades? Por supuesto que debiéramos, pero no lo hacemos y cada día amamos más a las Montañas.
Mauricio un abrazo, se que puedo contar contigo allá arriba, siempre lo he sabido, pero nunca te lo había dicho.
Cristóbal Pamela y Alejanddra, también se lo mismo de ustedes.
Hemos ido formando paso a paso en las alturas un grupo de seres humanos que tienen un valor que cuesta definir y de estos acontecimioentos a veces extremos nos queda la enseñanza:CUIDÉMONOS, cuidemos lo que tenemos: un grupo de amigos.

 

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