Nada es imposible… sólo hay que proponérselo

Este es un blog creado con una finalidad muy particular: Registrar y Planificar... Generar un registro de una historia en común y Planificar el futuro para disfrutar del presente y… del futuro. Conceptos como los de trabajo en equipo, cooperación, apoyo, desafíos, perseverancia, éxito, fracaso, debieran ser parte de las ideas que aquí se viertan. En realidad esperamos que sean muchas más...

miércoles, agosto 30, 2006

Lhotse


Un día común, un martes, donde nuevamente nos esperaba juntarnos, correr, preparar el partido del próximo domingo y buscar estrategias. Iba a ser una tarde como cualquier otra.

Le tecnología. Un mail. Cambio de planes.

Nos estaban invitando a participar de una charla, testimonial, abierta, por los integrantes de la expedición chilena que escaló el Lhotse hace un par de meses.

El entrenamiento se cambiaba al anfiteatro donde veríamos esta maravilla.Afortunadas todas. Salimos, como cualquier día, pero cambiamos los cortos por un par de jeans. A las ocho llegamos casi todos, incluido el entrenador.

Nos invitaron a pasar a una sala de espera, donde hasta hacer antesala fue divertido. Sushi, vino, jugos, brochetas y buena conversa con los amigos. Llegó el momento de entrar, y partimos nerviosos.

Afortunadamente quedé cerca de un par de cómplices de equipo. Digo afortunadamente, porque seguramente iba a sentir la necesidad de "comentar".

Empezó la cosa. Un presentador. Un escenario, un telón, una pantalla. Las luces semiapagadas y nosotras aún sin entender mucho. Luego, vino el relator. Un grande. Un personaje que al llegar nos hizo primero abrazarnos para empezar. Un nombre conocido y único.

Un amante de las montañas, de escalar, del trabajo en equipo, de la familia y el deporte. Un alumno de Claudio Lucero.

Claudio Lucero era el agasajado. Para él fue hecha esa expedición, a modo de regalo, de ofrenda, de homenaje en vida. Para él estaban conquistando la cuarta montaña más alta del mundo. Ya habían superado la más alta, y la segunda más alta. Hoy les queda sólo la tercera.

Pero no sólo importaba el tamaño. Importaba todo lo vivido para llegar a esa altura. Importaban las dificultades. La calidad del grupo. La enseñanza que Claudio ha sembrado por años, para generar este momento único.

Momento que fue llevado a un teatro, para que al menos 300 personas lo viéramos. Entre medio nosotras. Un equipo. Una ilusión. Miles de esperanzas. Lo que aprendimos, a través de las bellas y claras palabras del expositor, que acompañado de imágenes llenas de colores, armónicas e impactantes, nos explicó que al escalar una montaña no sólo están buscando hacer cima.

No.

Con lo que se convive en una expedición así es con la muerte a cada instante. La medición de egos. La importancia del por qué están ahí en aquel preciso momento. La toma de decisiones. Los minutos que vuelan, y decidir si son o no importantes. El cansancio.

Aprenden a ver que en un momento único, todos son completamente iguales. No hay color, no hay idiomas, no hay olores ni razas. Hay una meta, un trabajo en equipo y una fuerza en conjunto. Sin importar, quien finalmente llegue a la cima.

Y nosotros, de forma lejana, fuimos testigos de todo eso. Nos dieron la opción de ser manifestantes de una maravilla así. De los miedos, de los abrazos, de la emoción sincera. Sentada en una butaca, viajé, exploré y sentí. Pero por sobre todo, aprendí. Y me siento totalmente afortunada.

De doce que partieron a la expedición, doce volvieron en perfecto estado y once hicieron cumbre. Emocionante, por decir lo menos. Tengo imágenes en mi mente que no puedo transmitir. Hay frases que me van a acompañar siempre. Hay momentos que uno agradece. Este martes fue uno de esos momentos. Y –lo mejor- tengo con quien comentarlo.

Amanda Kiran
Viernes 25 de Agosto de 2006, El Mecurio.